lunes, 9 de marzo de 2015

El fracaso no existe, existen los errores.

Lo creáis o no, esta vida es puñeteramente dura y difícil. De cada capítulo amargo, no se sale ilesa y siempre nos acompañarán algunas que otras heridas transformadas en cicatrices. Nunca se vuelve a ser la misma después de tanto dolor tragado, cada cicatriz (emocional o física) te recordará lo injusto que puede llegar a ser el mundo contigo. Pero no voy a ser la melodramática de siempre, porque tal y como siempre digo que las cosas buenas acaban; Las malas también. Nunca os sintáis vacíos después de una lucha y una carga agonizante, pues lo que no te mata te hace mucho más sabia y fuerte.

En el caso de que la lucha nos parezca constante e interminable, no os desesperéis. Pese a que la tristeza nos de mucho por culo a veces, siempre hay un detalle que por muy insignificante que sea; Una mirada, una palabra, una sonrisa y un abrazo siempre será un soplo de aire fresco en un día de verano o un aliento más para seguir luchando y respirando. Así que para acabar, doy gracias a todo aquél golpe que me dio la vida o la persona menos esperada; Porque gracias a eso soy la persona que soy a día de hoy y aunque esté compuesta por mil y uno de errores, me enorgullezco de seguir luchando y dar lo mejor de mí cada día de mi vida. Gracias a eso soy más fuerte que ayer y menos que mañana. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario