lunes, 14 de octubre de 2013

Fue y nunca volverá.

Fue un amor de los que dejan huella. Intenso. De los que queman y prometen emociones fuertes. Nos atraíamos  pero a la vez estábamos tan cerca el uno del otro que fueron inevitables las fricciones y las tensiones. Lo que faltó, quizás, fueron las ganas de luchar por la relación y olvidar que después de la tempestad llega siempre la calma. Y el séptimo cielo de la pasión. Lo teníamos al alcance de nuestras manos, pero hay cosas sencillamente imposibles, fue como una estrella fugaz... Bonito mientras dura, pero siempre termina yéndose... 



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