jueves, 2 de abril de 2015

¿Mi amiga o mi enemiga?¿El cielo o el infierno?

Muchas veces me siento en el punto de tener que elegir y decidir. Decidir entre mi vida pasada o seguir superándolo... Aún recuerdo las sensaciones de estar al filo de la cuchilla y la sangre bailando por mis brazos cuando un problema arrasaba con mis ganas de luchar. Aún recuerdo esa sensación de vomitar y quedarme vacía, como si todos los problemas se fueran por el retrete y sin duda era la mejor sensación de todas.De beber hasta olvidarme de mi propio nombre. Aún recuerdo estar al lado de la muerte, de los mareos y sentir como mi dolor desvanecía y con ello mi vida, pensaba que era la solución a tanto dolor causado. Aún recuerdo lo superior y poderosa que me sentía cuando no comía y mis quilos iban disminuyendo conforme los días pasaban, como si pudiese controlarlo todo, cómo si el mundo entero estuviese sobre la palma de mi mano. 

Pero también recuerdo el llanto de mi novio por aquél entonces, también recuerdo los gritos y ataques de ansiedad de mi madre ante tanta desesperación. También recuerdo como me daban por perdida... Y como quería desvanecerme con la muerte en el ingreso. Pero sobretodo recuerdo cuando más me alejé de mi padre por culpa de la enfermedad, aquellas palabras de mi padre que tanto me llegaban... ''Y cuando volverá a ser lo que era Priscila? ¿Aquella niña risueña y extrovertida que tocaba las estrellas con la yema de sus dedos? ¿Dónde está? ¿Volverá? Que vuelva por favor...''
Son cosas que siempre impiden que vuelva atrás. Creo que la enfermedad vuelve a ser más inteligente y fuerte que yo, y yo... Yo no sé como combatirla, antes tenía las herramientas necesarias para mandarla a tomar por culo pero creo que ahora puede más, o no, no lo sé... No sé que hacer con mi vida. Se acerca el verano y no sé como voy a poder con él. Adoro el sol, la arena y el agua... Pero no con jersey y tapada como siempre. Quiero luchar, pero no sé como...






















PD: Os quiero; Mamá, Papá, Tete y en especial... A ti Joan, por hacerme que no me rinda ni un solo segundo. Os doy gracias porque sois los principales motivos por los cuales sigo en pie.

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