Lo complicado no es el amor que se va; es el mundo que se te hunde
bajo tus pies y la desesperada lucha que debes emprender para mantenerte en pie. Lo doloroso no es al adiós; es el camino con cristales rotos que debes
recorrer sin ese calzado que era estar juntos. Pero la respuesta de cómo
superar esa pérdida. Es cruzar ese
camino agotador, espinado y doloroso, esa es la odisea de la recuperación.
Una vez cruzado ese camino, hallarás la paz.
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