jueves, 8 de diciembre de 2011

Reprimí todos mis sentimientos y me prometí a mi misma, no volver a pensar en él. 

Me prometí a mi misma huir de todo lo que tenía que ver con promesas y sentimientos = dolor.

¿Patético, verdad?  Otra promesa rota. ¿Que será lo que me tiene tan aferrada a el?... ¿Quizá el sonido de su voz? Es mi nana por las noches... ¿Quizá su mirada seductora? Oh, Dios... Si cada vez que me mira, me pierdo en su mirada. Su mirada, una mirada que nunca jamás vi, una mirada tan profunda, tan seductora, tan...


Lo recuerdo tan bien aquel dia; En el que te acercaste más y más. Noté nuestras frentes juntas... También pude notar una sonrisa en tu rostro. Y sé, que yo fui la causante y el motivo de esa sonrísa. Fue cerrar los ojos. Sentir la calidez de tus manos sobre mi cintura... Y, de pronto, un tímido beso en la mejilla. Puede que esperara otro beso, un beso no en la mejilla precisamente. Pero ese, ese no lo cambiaría por nada en el mundo, fue maravilloso.


Tuve deseos irrefrenables de congelar el tiempo.

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