Simplemente, déjala entrar, convive con ella, acéptate a ti misma con tus monstruos y tus sombras. Deja de repetirte ''QUE MALA ES LA ANSIEDAD'', ''ES INSOPORTABLE'', ''NO PUEDO MÁS'', ''DEBERÍA HACER ESTO O LO OTRO'', ''NO SOY CAPAZ'', ''NO SOY SUFICIENTE''. Deja de analizarlo todo, la ansiedad la alimentas tú, solo tú puedes controlarla, deja de analizarte y repetirte que no puedes soportarla. Escúchate, pero únicamente escucha lo positivo. Sólo olvídala, ella solo está ahí para advertirte de que debes cuidarte, convive con ella y sólo así se marchará.
lunes, 19 de diciembre de 2016
Cuando la ansiedad toque la puerta después de tanto tiempo y sin darte cuenta ya esté poniéndote la soga al cuello impidiéndote llorar, gritar e incluso soltar algún sollozo de tristeza. Cuando notes que no eres tú quien esté controlando tus manos, tus pies, TU VIDA y esté ahí para clavarte pinchazos en el corazón y ponerlo a mil por hora. Cuando esté ahí para decirte lo que debes y no debes ser para luego meterte miedos irracionables. Cuando lo malo lo multiplique por mil y te impida respirar, haciéndote creer que mañana, pasado y el otro serán igual...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)