Yo sé que nunca he sido una santa, ni un ángel (o al menos no por lo que entendemos de ángel).
Sé que soy un conjunto de errores; sé que soy un poco cabezota, melodramática e insoportable a veces. Odio mis estrías, el lunar de mi pierna, mi risa, el oyuelo que se me forma al reírme y la curva que hace mi cintura hasta mi cadera.
¿Pero sabéis qué? Alguien muy sabio me dijo una vez; ''aquellos defectos que odias de ti misma, alguien los amará más que nada'', y así es.Sólo aquellos que hayan saboreado la amargura de la vida, saben lo bien que sienta la dulzura de aquellos que saben darte amor de verdad; sin nada a cambio, sin toxicidad y sin palabrería vacía. Sólo aquellos que hayan convertido su corazón en hielo como escudo protector, saben el calor que desprende un abrazo sincero. Sólo aquellos que hayan superado el pasado, saben la alegría que supone abrazar un nuevo futuro más esperanzador. Sólo aquellos que hayan experimentado pesadillas en sus noches, saben lo bien que se duerme en ausencia de ellos. Sólo aquellos que hayan experimentado una traición, saben que la honestidad y la lealtad siempre van a ser bien recibidas.
El amor mueve mares, tierras y montañas; no es un dicho cualquiera. Aquél que lo inventó sabía muy bien de lo que hablaba.