Al final aquello que más temí pasó, sí, pasó, y todo lo vi con más claridad, como quien no se da cuenta de la realidad hasta que le pegan una bofetada, esas que en un principio sientes y dejan huella pero que poco a poco desaparecen. Para qué engañarnos, dolió. Hoy no sentí esa punzada, hoy me sentí bien, hablaba de ti como alguien ajeno, como un amor que una vez fuiste, muy especial. Esa idea se está desvaneciendo y por suerte lo está haciendo antes de mi corazón que de mi cabeza y no me preguntes las razones, yo ya no quiero saber nada de ello, tan solo olvidar aquello al igual que tu me has olvidado. Déjame quedarme con la idea de que nuestra relación duró, que cambió, que se rompió y volvió a unirse, luego, luego ya…; Recordaré esto como algo bonito, no es tan malo. Olvidaré el final, no quiero odio en mi corazón, ni siquiera ese absurdo sentimiento como es el rencor. Me atrevería a desearte suerte si sin mí y sobre todo que seas feliz, que todo vaya a mejor pero ojalá no olvides el daño que me hiciste.
Quizás mañana lo olvide, quizás mañana no, quizás en unos días la idea del olvido se aferrará más a mí, lo siento, no sé qué pasará cuando realmente te vea con otros ojos.
Dejo de escribir en este blog, probablemente, nadie lo esté leyendo ...